Premio 2023

Innovación: Vacunas Mentales contra la Violencia y contra comportamientos adictivos.

En las Vacunas Mentales contra la violencia estamos trabajando en tres frentes: la violencia escolar, la violencia en el trabajo y la violencia de género. Hemos comprobado que con la realización de determinada actividad formativa cognitiva y emocional se entrena al cerebro para rechazar comportamientos agresivos y se puede reconducir la conducta y dotar a las personas de mecanismos mentales que previenen la aparición de estallidos violentos, el mantenimiento de conductas de esta etiología y en la edad adulta actúan como sistemas de contención del descontrol que precede a episodios violencia.

En las Vacunas mentales contra los comportamientos adictivos: Hemos comprobado la reeducción de conductas de este tipo cuando se aplican estrategias formativas de razonamiento que propician estrategias para que personas proclives a la compulsión de tendencias adictivas puedan interrumpir. frenar y eliminar estos riesgos mediante la modificación consciente de su conducta.

Son servicios innovadores porque crean una configuración mental mediante la que se refuerzan los sistemas de pensamiento consciente mediante un razonamiento que propicia una inhibición de los impulsos que desencadenan episodios violentos por un lado, por otro incentiva una inserción igualitaria en contextos sociales basada en el respeto y reconocimiento a la entidad del otro como sujeto con derecho a la diferencia y en tercer lugar posibilitan un autoconocimiento donde la autoestima empodera a las personas eliminando cualquier reafirmación mediante la violencia.

Por primera vez se tratan los comportamientos adictivos desde el origen como fruto de

una configuración mental errónea que en determinadas personalidades nace como consecuencia de la falta de control sobre los mecanismos de defensa contra estímulos que proporcionan falsas retribuciones e implican su repetición a lo largo del tiempo. Cuando la acción formativa genera hábitos y estrategias de discernimiento y evitación de estas prácticas compulsivas el comportamiento adictivo desaparece.

Con estas dos fórmulas de tratamiento se abre la puerta a la intervención en otras áreas mentales más proclives a producir conflictos, se establece la configuración cognitiva y emocional como parte sustancial de cualquier conducta y se reconoce la necesidad de instruir a las personas con desarrollos cerebrales racionales para que aprendan a controlar sus impulsos.